sábado, 8 de marzo de 2014

Día de la Mujer Trabajadora

Por María Gil 
El 8 de marzo se considera el día de lucha por los derechos de las mujeres en todo el mundo. Históricamente se ha destacado como punto de inflexión en la lucha de las trabajadoras el incendio que se produjo en una fábrica textil de Nueva York donde 129 obreras murieron abrasadas cuando el dueño cerró las puertas de la misma porque las trabajadoras se declararon en huelga y ocuparon la fábrica. Este hecho sumado a las continuas huelgas y manifestaciones de las trabajadoras, cada vez más frecuentes, persiguiendo mejoras laborales como la reducción de la jornada laboral que llegaba a las 12 horas, impulsaron que se estableciera una jornada de lucha mundial feminista. Fue la alemana Clara Zetkin quien reunió las demandas de las trabajadoras en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en agosto de 1910 donde propuso establecer el día 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Por aquel entonces, el movimiento internacional de las mujeres socialistas de finales del siglo XIX se venía centrando principalmente en la lucha por el derecho al sufragio universal femenino sin ningún tipo de limitación económica o educativa, y por el derecho a ocupar cargos públicos y con la discriminación en el trabajo, entre otros.
Hoy en día, las mujeres seguimos estando en desigualdad. Tenemos los trabajos más precarios y con peores condiciones laborales, los que requieren menos cualificación y por lo tanto reciben un menor salario, haciéndose visible la existencia de la conocida como feminización de la pobreza. Además, las crisis financieras y económicas nos afectan en mayor medida a las mujeres con menos recursos o pertenecientes a minorías ya que nos vemos más afectadas por los recortes en servicios sociales y en ayudas de los gobiernos que siguen políticas neoliberales. Por otra parte, las mujeres nos encargamos mayoritariamente de los trabajos no remunerados, los trabajos de cuidados y crianza, los cuales no están suficientemente valorados socialmente a pesar de ser la base de la reproducción del sistema capitalista de acumulación de riqueza.
Planteamos el día 8 de marzo como un recordatorio de que aún queda mucho que caminar para conseguir la igualdad de derechos plena, efectiva y real entre hombres y mujeres y que en esa lucha tenemos que empezar desde la cotidianidad tratando a las mujeres con respeto y educando en igualdad desde la infancia.
Solidaridad con las paradas, las desahuciadas, las universitarias, las precarias, las cuidadoras, las explotadas, las abuelas, las indignadas y todas las mujeres luchadoras con orgullo, coraje y conciencia.
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martes, 22 de octubre de 2013

Heteropatriarcado y violencia machista

Por María Gil
El patriarcado es un sistema de organización social, político y económico de dominación masculina en el que los hombres aparecen como figuras activas de la opresión hacia las mujeres. En un principio y de forma amplia, podemos entender el sistema de relaciones de dominación hombre-mujer como un paralelismo (desde la perspectiva de género) al capitalismo: burguesía-trabajadores. En ambos casos existe una fuerza hegemónica (hombre, burguesía) que ejerce opresión sobre la otra (mujer, trabajadores).
El patriarcado se caracteriza porque las instituciones políticas y económicas, el lenguaje, las normas y relaciones sociales y las formas de vivir y ver el mundo actúan desde una perspectiva exclusivamente masculina. Dentro de esta estructura social patriarcal el poder y el control es ejercido por el sujeto moral autónomo en el centro del discurso de la modernidad que sólo se reconoce como ente de razón y, por lo tanto, sujeto de derecho: el hombre heterosexual. Esta asimetría que coloca a los hombres heterosexuales por encima de las mujeres, de los niños o mayores, de los homosexuales, de los transexuales, de los bisexuales y otras identidades de género se reproduce mediante imposición de la heterosexualidad delimitando las identidades sexuales. Existe una hegemonía heterosexual masculina que domina al resto de categorías: el heteropatriarcado. El actual sistema capitalista, basado en el consumo, encuentra soporte en el heteropatriarcado el cual objetiviza a las mujeres, reduciéndolas a meros objetos para ser “consumidos” por los hombres y a realizar tareas productivas no remuneradas (cuidados y trabajo doméstico) y reproductivas (embarazo y crianza) que, además, son menospreciadas pero que sin las cuales el actual sistema capitalista heteropatriarcal de acumulación sería materialmente imposible de reproducirse y crecer.
Dentro de la estructura heteropatriarcal existen una serie de desigualdades y un desequilibrio de poderes en favor de los hombres que buscan afianzar una posición de dominio a través de actos violentos que dan lugar a atentados contra la integridad física, psíquica y sexual de las mujeres (también contra quien manifieste otras identidades sexuales y de género fuera de la norma heterosexual impuesta y que se considera natural).
La violencia machista aparece en el momento en el que las mujeres no son reconocidas como sujetos de derecho autónomos y con voluntad propia capaces de expresarse libremente a través de actos y decisiones concretas, sino como mercancía y servidoras a los intereses heteropatriarcales. Los actos de las mujeres se valoran de forma tendenciosa y ambigua cuando se da por cierta una intención aunque ellas afirmen constantemente lo contrario (“cuando las mujeres dicen no en realidad quieren decir sí”). Existe de forma generalizada una falta de reconocimiento de la voluntad propia de las mujeres ligada al aspecto de la transgresión de un derecho.
Los actos u omisiones que causan daño evitable, transgreden su voluntad y refuerzan la posición inferior de las mujeres sólo recientemente están empezando a ser definidos como violencia machista ya que, tradicionalmente, vienen considerándose naturales. Desde que se está empezando a reconocer a las mujeres como sujetos de derecho autónomos y con voluntad propia gracias a los grupos feministas y otros entes, se viene cuestionando el carácter heteropatriarcal del capitalismo y la violencia machista que trae consigo esta forma de organización dentro de las sociedades contemporáneas.
Los actos violentos contra las mujeres pueden tomar diversas formas y ámbitos. Durante mucho tiempo, se ha pensado que el daño sólo podía ser físico pero la violencia también puede ser psicológica o emocional, verbal y sexual. Es reseñable que la violencia psicológica es la única que se presenta de forma aislada y que siempre está presente en las demás. Por otro lado, la violencia contra las mujeres se da en diferentes ámbitos: laboral, familiar, formativo pero los casos que adquieren mayor protagonismo y dramatismo suelen ser, desgraciadamente, los que se dan en el ámbito de la pareja y doméstico.
La violencia machista en una relación hombre-mujer no se origina únicamente en su interior: está condicionada por muchos factores externos a la relación, culturales y estructurales, que configuran el heteropatriarcado, que se han legitimado y naturalizado, y que se vienen reproduciendo partiendo de una desigualdad de género. Entre ellos, es fundamental la construcción de la masculinidad. Esta construcción está íntimamente ligada con la violencia. Desde pequeños, se enseña a los niños que deben responder a las características de fuerza, virilidad, competitividad, insensibilidad, rudeza, agresión, desafío y, directamente, violencia. Se les dice que no pueden llorar o expresar sus emociones de forma que los propios hombres ejercen contra sí mismos violencia buscando acabar con cualquier atisbo de feminidad. Esta noción de la masculinidad y su superioridad así como el odio a los atributos que tradicionalmente se han impuesto como femeninos (dulzura, belleza, sumisión, afecto, vulnerabilidad, debilidad, dependencia) que se transmite a las nuevas generaciones de hombres y sobre la que se basa la sociedad heteropatriarcal da pie a la existencia de la violencia machista.
El propósito que tenemos es seguir deshaciendo la naturalización del fenómeno de la violencia machista y constatar que el heteropatriarcado es una de las bases en las que se reproduce la actual sociedad de mercado. La lucha por deconstruir las prácticas culturales heteropatriarcales impuestas y que tantas veces repetimos hombres y mujeres, debe ser una lucha de ambos sexos ya que, aunque principalmente el patriarcado oprime a la mujer, también determina un “deber ser” para el hombre, imponiendo a ambos sexos estereotipos de género muy delimitados e impidiendo desarrollarnos libremente en la sociedad fuera de los comportamientos sociales establecidos como naturales. Es una tarea de concienciar, desnaturalizar prácticas abusivas y construir nuevas relaciones más humanas e igualitarias sin ningún tipo de discriminación de género, identidad sexual o explotación.
ATTAC Málaga no se identifica necesariamente con los contenidos publicados, excepto cuando son firmados por la propia organización.

sábado, 19 de octubre de 2013

El coño huele a coño

Por Cristina Fallarás
“¿A qué huelen las nubes?”, me preguntas mientras clavas en mi pantalla tu blanco inmaculadosalvaslip. “¿A qué huelen las nubes?”, dejas caer y yo sé que me estás diciendo “Te huele el coño, chata”, y todos lo ven y lo ven mis hijos y la adolescente que a partir de ese momento querrá que de sus genitales brote el aroma del agua evaporada. Y lo que es peor, quizás su contrincante sexual espere lo mismo, exija lo mismo incluso. Usa gel vaginal, usa un salvaslip blanco para que la braga siga pulcra, y sobre ese salvaslip blanco, usa uno negro para que el blanco siga pulcro y aféitate el coño como en las porno que vemos juntos y deben gustarte.
Eso es violencia.
Pero al oír la palabra violencia, la mujer piensa inmediatamente en las muertas, las cabezas abiertas. Asociación mental, mensaje, medios. El año con más asesinadas de la última década fue 2007, con 76. Números.
El último huevo en la nevera, la llamada del colegio por el impago, cariño este año tampoco podrás ir a las colonias, el sonrojo en la cola del kit de la Cruz Roja: arroz, compresas, leche, pastilla de jabón; querido, a partir de hoy la carne es para los niños, la bolsa de plástico en el interior del zapato con agujero, el terror a que ya finalmente este sea el día en el que deja de salir agua del grifo, ¿no te sobra nada que se le haya quedado pequeño a tu hija esta temporada?
Eso es violencia.
Diez días después de parir –un encantador 11 de noviembre– a su retoño, la entonces portavoz del PP Soraya Sáenz de Santamaría retomó su actividad profesional. Cuarenta y dos días después de parir –un maravilloso 19 de mayo– a su retoño, la entonces ministra socialista de defensa, Carme Chacón, retomó su actividad profesional en el gobierno español. Desear con toda mi alma un desmayo preñada de ocho meses en el momento exacto en que el director de mi diario me comunicó que el primer despido de los recortes iba a ser el mío.
Eso es violencia.
En España la mujer ha de trabajar 61 días más al año para que su sueldo llegue al que cobra un hombre por desarrollar el mismo empleo. El estudio que las mide proclama que las bajas de las mujeres son más largas. La mentira que te coloca una enfermedad imaginaria para no tener que volver a decir en el trabajo “el niño tiene diarrea”, para no volver a ser la madre en el trabajo.
Eso es violencia.
Pero al oír la palabra violencia, la mujer piensa inmediatamente en las muertas, las veinte puñaladas. Asociación mental, mensaje, medios. El año con menos asesinadas de la última década fue 2001, con 50. Números.

jueves, 17 de octubre de 2013

Diferentes tetas y luchas

Por Estitxu Espejo-S. Gafapasta con carcoma

Reza un viejo refrán de nuestra —muy rezadora— cultura popular: “Tiran más dos tetas que dos carretas”. Y tan sabio es el dicho que, probablemente, con solo mencionarlas, sé que estoy teniendo más atención de quienes me estéis leyendo que de no haberlo hecho. Es la maniobra de márketing más vieja y burda de la historia. Aquellas personas que tengan blog lo pueden comprobar con facilidad usando la palabra ‘tetas’ en las etiquetas de búsqueda de sus entradas. Rápidamente, verán cómo su apasionante entrada sobre microeconomía aplicada al mercado de los cordones de zapatos acaba multiplicando en cuestión de minutos el número lectores o, al menos, de personas que entran a leer.  Yo hoy quiero que me hagan mucho caso. Así que voy a utilizar mucho las tetas. Tetas.
…………Vivimos malos tiempos las mujeres de este país: una panda de machos capitaneados por Gallardón, gente que ni sabe lo que es un embarazo, o poder tenerlo, ni lo que es tener vagina, ha creado una ley para retroceder hasta momentos predemocráticos en la cuestión del aborto. El paro se está cebando con nosotras. En Madrid se ha retirado el dinero para la detección precoz del cáncer de mama. Desde el Ministerio de Insalubridad se insta con triquiñuelas a las Comunidades Autónomas para que la reproducción asistida sea solo para heteras con pareja. Llevamos cuarenta y cuatro muertas por violencia machista en 2013 —sin contar las prostitutas, que ni cuentan—. Por eso, el trabajo de las feministas, su voz, es más importante que nunca.
…………Pero también es cierto que el postmachismo está ganando la partida gracias a la ficticia sensación de igualdad que se ha creado en los últimos años. “¡Huy! ¿Machismo? ¡No, mujer; eso era antes! Ahora las mujeres están fenomenal; mira, si trabajan, sus maridos cambian pañales…”. Negar la existencia del machismo social a través de la ilusión de libertad y de igualdad ha sido su gran triunfo. Ha bastado con poner un par de cosas bonitas en las leyes y convertirlas en papel mojado. Por eso, en este contexto, las feministas parecemos una panda de locas descerebradas y, por supuesto, histéricas que se dedican a un activismo, no sólo prescindible, sino también inútil y fuera de lugar. “¿Por qué quieren hacer ruido estas neuróticas si ya pueden votar para elegir quién las ignora mejor?”. Teta.
…………Por eso, empiezan a oírse algunas voces que insisten en que hay que llevar a cabo una remodelación y refundación del feminismo que, como tiene mala prensa, dicen que hay que hacerlo más atractivo y desarrollar una intensa labor de comunicación y márketing para enganchar a la gente. Como si el feminismo fuera uno, grande y libre. O un producto de consumo. Como si funcionara como un partido político que se puede maquillar a gusto del votante/consumidor medio —y utilizo muy consciente el genérico masculino aquí— para ganar adeptos. En definitiva, como si fuera posible regir planteamientos que, desde su propia raíz, cuestionan el sistema económico, simbólico, ideológico, y político, con herramientas creadas por ese mismo sistema. Mmm… ¿Teta?
…………Hace unos días, concretamente el 6 de octubre, se organizó a través de las redes sociales un escrache a Rouco Varela en el barrio de la Elipa. Para mi desgracia y pataleta, no me enteré a tiempo. Me habría encantado ir a tirarle un besito, para ver si con un poco de amor feminista deja de presionar a ese gobierno amigo suyo y verdugo de mis congéneres, y se olvidan un poquito ya de darnos la tabarra a mujeres, transexuales y homosexuales. La actuación policial fue lamentable. Se detuvo a dos personas, y se identificó a veinticinco —eso significa, como mínimo, multa casi segura—, a pesar de que casi todo parece indicar que la cosa estaba siendo de lo más pacífica. Nada nuevo. Ya se sabe que, si se va en contra de según quién y qué, automáticamente el manifestante pierde sus derechos políticos de reunión, libre circulación u opinión. Pero ¡oh, sorpresa!, apenas se han visto noticias al respecto fuera de los medios de comunicación alternativos o, por el otro lado, de los medios católicos minoritarios, que han aprovechado la noticia para victimizarse. Por lo que todo parece indicar que, una vez más, esta movilización —con la que me identifico al cien por cien— pasará sin pena ni gloria. Y, de hecho, hubo muy poquita gente pidiendo la liberación de los detenidos a pie de calle. Teta triste.
…………Hoy, sin embargo, tres chicas del colectivo Femen la han liado parda colándose en el Congreso con sus tetas jóvenes y perfectas al aire al grito de: “El aborto es sagrado”, y al fascisteo católico se le atragantó San Denis (es una bonita e incómoda coincidencia que, según el calendario católico, ayer fuera su festividad; se me va la imaginación a la resistente Ville Rouge), al primo feo de Romay que preside el Congreso se le quedó cara de patata cocida e incluso pidió que “se procediese con cuidado” para que las chatis no se escalabraran. Solo aplaudió Izquierda Unida. Gallardón, como buen llorica, se hizo el ofendido democrático. La noticia está saliendo en todos los medios, y servidora, que no comulga con algunas de las formas y muchos de los fondos de ese colectivo, está disfrutando de lo lindo. Las tres chicas fueron detenidas, el tema apareció en todas las teles y decenas de periodistas cubrieron su liberación en la tarde de ayer. ¡Reteta!
…………Los cuerpos de las chicas Femen que salen en los medios son absolutamente normativos, jóvenes y bonitos, como le gusta al sistema. Sus tetas están en su lugar y las usan para reivindicar en un contexto, el nuestro, en el que ese tipo de cuerpos no ofende, sino que gusta. En Europa, y concretamente en España, no hay buena película sin que asomen pechos. No hay anuncio de detergente sin que salgan unas bonitas bufas. Por eso creo que están equivocadas y que, sin querer, están reforzando los estereotipos contra los que hay que clamar para cambiar el sistema desde su raíz. Si yo fuera Femen, probablemente lo haría de otra manera; quizá mostraría otras partes de mi cuerpo que aquí se consideren muy obscenas y molesten de verdad de la buena. Si yo fuera Femen, me gustaría que las mujeres que vieran los medios jugándose el pellejo fueran gordas, peludas, monstruosas y absolutamente fuera del canon. Pero es que yo no soy Femen. Es que yo no he tenido las narices de entrar en el Congreso.  Es que ya —y lo he dicho cientos de veces— hay muchos feminismos y algunos, efectivamente, no me representan del todo, pero al final del día, como dicen los yanquis, son mis compañeras y no tengo por qué estar de acuerdo en todo con ellas. El feminismo es diversidad, igualdad de oportunidades y libertad de decisión: están clamando por mi derecho y el de todas a abortar, jugándose sus cuerpos y sus tetas perfectas, igual que las compañeras de la Elipa. La diferencia es que aquellas, tristemente, gracias al viejo truco del refrán, tendrán mayor altavoz.
…………Gracias, Femen.
…………Y muchísimas gracias a todas las personas que estuvieron en el escrache de la Elipa.
…………Teta, tetas, teta.


Fuente: http://lacolumnata.es/politica/gafapasta-con-carcoma-politica/femen-congreso-escrache-rouco-varela-feminismo-machismo-diferentes-tetas-y-luchas

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